Nunca es demasiado tarde

22 SEPTIEMBRE 2006


Actualmente estoy trabajando en un texto que quería escribir desde hace tiempo, sin embargo, como no me gusta dejar las frases a medias y necesito que todo lo que hago sea simplemente perfecto, me está resultando más complejo de lo que pensaba y me llevará algún tiempo. Por eso, de momento, no voy a publicar nada; si bien, quiero recuperar un escrito que puse como respuesta al comentario de una chica hace bastante tiempo y que considero lo suficientemente valioso y sincero como para estar en la página principal de mi diario.

Espero poder publicar, algún día, esas líneas en las que estoy trabajando.


"Sé muy bien cómo te sientes. Sé que es muy dificil. Sé que es tremendamente duro. A veces tienes fuerzas, te levantas y tienes ganas de comerte el mundo y otras veces... te sientes un puntito totalmente insignificante y quieres desaparecer.

No pienses que has fastidiado tu vida o que has perdido el tiempo. No pienses eso. Lo importante es que desees recuperarla. Pensar que la tienes en tus manos, que te están dando la oportunidad de decidir qué quieres hacer. No has fastidiado tu vida. Te queda toda la vida por delante y te esperan cosas maravillosas. Ese pensamiento es lo que más me ha ayudado a mí siempre. La esperanza. La esperanza de saber o de creer que algún día todo será diferente, que algún día conseguiré todo lo que ansío en la vida, ser feliz.

También yo tuve unos años en que me sentía tan sumamente mal que no quería salir de casa. Bueno, lo cierto es que quería salir de casa porque no me sentía a gusto con mi familia pero no deseaba ver a nadie más. Dejé todo de lado. Dejé de ir a clase porque no quería que me vieran, porque me sentía mal delante de los demás. Mentía a mis padres para irme de casa y pasaba horas fuera, sola, paseando, pululando por ahí. Matando el tiempo y también a mi misma.

Sé muy bien lo que se siente. Yo ahora siento que he perdido el tiempo. Que he desaprovechado todas las oportunidades que me han ofrecido. Pero nunca es tarde, sobre todo para recuperar tu vida. Y yo ahora estoy intentándolo. Y sé que es muy difícil y nadie sabe verdaderamente cuánto más que tú.

Yo no puedo ayudarte a seguir adelante, es algo que tienes que hacer tú sola. Pero puedo apoyarte, animarte, decirte que merece la pena, que puedes hacerlo. Yo también me caigo, me hundo. Hay días en que siento que retrocedo, que he tirado todo mi esfuerzo por la borda, que no lo conseguiré, que no puedo hacerlo. Que no quiero hacerlo. Pero entonces pienso que merece la pena.

Tienes que hacerlo tú sola. Nadie va a decirte cómo tienes que vivir o cómo tienes que sentir. A mí me costó mucho dar el paso. No tuve ayuda. Nada de psicológos, médicos o psiquiatras. Nada de familia, ni amigos. Solo yo. Después de muchos años me di cuenta de que llevaba demasiado tiempo persiguendo un sueño de perfección imposible, un sueño que creía me haría feliz. Después de muchos años me pregunté si de verdad ese sueño que tanto ansiaba, ese sueño por el que estaba dejando mi vida, de verdad me daría lo que buscaba. Lo cierto es que no sabía realmente lo que buscaba pero me di cuenta de que no era eso lo que estaba buscando. Después de tantos años me di cuenta de que, a pesar de todo mi esfuerzo, a pesar de tantos años luchando por un sueño, no había conseguido nada. Y me di cuenta de que tenía que cambiar. De que el camino que había elegido, el camino que estaba siguiendo no era el que de verdad quería seguir. Y me resultó terriblemente dificil dar el paso. Me costó muchos años dar el paso. Pero lo importante es que lo di. En el fondo de mí, deseaba darlo pero tenía miedo.

Dar el paso no quiere decir que vayas a curarte, no quiere decir que ya estés recuperada. Dar el paso supone un compromiso. Significa que has decido cambiar, que estás convencida de que quieres hacerlo. Y eso es lo más importante. Querer. Por mucha ayuda que recibas sino quieres salir de esto no vas a hacerlo. Tienes que querer salir.

Como te digo, para mí fue muy importante la esperanza. Creer en un mañana, soñar, soñar que algún día todo sería diferente. No podía tirar mi vida sin haber vivido todo lo que me queda por vivir. Pero sé que es muy dificil vivir de los sueños. El día a día, la realidad, es muy diferente. Para seguir adelante no tengo ningún consejo. Creo que lo único que podemos hacer es intentar cambiar lo que no nos gusta, y no me refiero a un cambio físico sino, a cambiar en nuestra cabeza los conceptos que tenemos de las cosas. La mente es muy compleja. No vemos el mundo a través de los ojos sino de la mente; ves lo que quieres ver. ¿Por qué no cambiar eso? Tú puedes decidir cómo quieres que sea cada cosa. La importancia de las cosas está en la importancia que tú les das.

Decidí que quería salir de todo esto y dar el paso en un viaje. En un viaje en el que me di cuenta de que las cosas a veces no son como las vemos. Si en aquel lugar podía sentirme bien porque me sentía libre y me sentía yo misma, ¿por qué no podría sentirme así en casa, en mi día a día, en mi realidad? Desde entonces intento cambiar mi forma de pensar, mi forma de ver las cosas. Intento llenar mi vida de cosas que me hagan sentir bien de verdad. Intento no dar tanta importancia a cosas que no la tienen.Intento ir contracorriente. Intento ser yo misma.

Sé que aún queda mucho camino por recorrer. Un camino muy largo y escarpardo. Pero lo importante es saber que quieres llegar al final. Yo lo estoy intentando. A veces siento que es demasiado dificil y a veces siento que quiero rendirme. Pero el no hacerlo, el no rendirme, me aporta esa fuerza necesaria para enfrentarme a cada día. No estoy recuperada, ni mucho menos. Y a veces creo que nunca lo estaré del todo. Pero ahora, por fin, soy capaz de salir de casa sin preocuparme lo que piense la gente. Porque los demás no me importan, me dan igual. No cambia nada en mí. De hecho, me he dado cuenta que la gente no repara en ti, que a los demás no les importas, no significas nada para ellos. ¿Qué importa lo que piensen los demás si tú estás a gusto contigo misma? Ahora, por fin, puedo ir a clase sin sentirme incómoda, sin preocuparme por los demás, por lo que piensen o dejen de pensar porque no me afecta en absoluto. No te afecta lo que los demás piensen de ti sino lo que tú piensas de ti misma. Y lo más importante de todo es creer en uno mismo y saber cuánto vales.

Ahora por fin, puedo hablar con mis padres, sentirme a gusto en casa. Y estas pequeñeces son las que me confirman en mi deseo de querer seguir intentándolo porque me demuestran que merece la pena. Todas estas cosas sin importancia me están haciendo mucho más feliz de lo que he sido todos estos años luchando por un sueño inalcanzable.

Y mi sueño sigue ahí. Sigo queriendo ser perfecta pero no es la misma perfección que ansiaba antes. Es una perfección más real, más sana. Es una perfección más imperfecta. Es la perfección de ser feliz, de ser libre, de ser tú misma."

ANA


1 comentario:

Mayra Reynoso dijo...

para conseguir lo q ansías necesitas como tu has dicho de esperanzas..y mcuha fuerza y voluntad de ti misma!!
ME FASCINA CMO TE EXPRESAS TAN SINCERAMNETE..HACE TIEMPO Q NO LEIA ALGO..SENCILLO!!