El límite de la locura

17 ABRIL 2006


Estoy loca. Lo he pensado tantas veces… Estoy loca. Sé que estoy loca. Me gusta estar loca. Necesito ser diferente, tener algo propio, algo a qué a tenerme. Un rasgo personal, algo que me identifique del resto. La locura se me antoja perfecta. Yo no la elegí. Ella me eligió y ahora la necesito. Sin embargo, la sociedad ve tan mal la locura… ¿por qué está tan mal vista? Ellos son como nosotros, somos iguales a ellos, tú, yo… pero en amplificado. Llevamos las cosas al límite. Luchamos por estar en ese límite que nos diferencie, que nos identifique. Sólo buscamos una identidad en este puto mundo. Un cuerpo en el que enmascarar nuestros problemas, nuestras manías, nuestros sentimientos y nuestras emociones. Porque a pesar de estar locos sentimos, sufrimos, vivimos. Vivimos a nuestra manera, a la manera en que sabemos hacerlo, la única que conocemos. Porque ¿acaso hay una única manera de vivir? ¿Una manera ya preestablecida que todos debemos seguir para no estar locos? Y ¿acaso el mundo no parece a veces estar también loco? A veces, en esta nebulosa de mi vida, me gusta creer, dudo al pensar, que quizás sea el mundo el que esté loco. ¿He de dejar mi forma de vida y adaptarme a un mundo que está loco? ¿y si son ellos los locos? No sé realmente si estoy o no estoy loca, pero sé que hay algo en mí distinto al resto, tengo algo que los demás no tienen, tengo una visión diferente del mundo y ser diferente en esta sociedad significa estar loco. Yo no me considero muy diferente al resto, soy como ellos pero con más intensidad. Llevo las cosas más allá, no me conformo con las cosas sin más. Voy hasta el límite. Busco ese límite, necesito estar en ese límite, saber que puedo llegar a ese límite.

A veces quisiera desaparecer. Dejar de sentir. Y en este punto la muerte se me antoja tan perfecta…! Soñar con ella no me resulta ridículo, aunque es cierto que no he visto la muerte de verdad, no tan de cerca, supongo que aún no he sentido la mano fría de la muerte sobre mi cuerpo estremecido. Sin embargo, he soñado con ella más de una vez, más de dos y más de tres. He soñado tanto con ella hasta el punto de idealizarla, amarla y desearla con tal fuerza que no queda en mí vestigio alguno de deseo de vivir. La amo de tal modo que mi único deseo de futuro es conseguir una muerte perfecta.

ANA

1 comentario:

Anita dijo...

un poco ingenupo este post. ¿loca? ¿ionvolucrarte en el mudno para ser normal?, un poco inocente. por mi parte TOOOOSOSOS tenemos algo de locura, asi que si relamene quieres ser diferente, tendrás que esforzarte por ser normal, entonces si serías diferente... todo el mundo tiene algo, estoy segura de ello. ¿la muerte perfecta? perfecta la vida, porque con ella, te demuestras a ti misma como sobre pasas las vicisitudes diarias, una barrera superada, y mañana ¿qué? otra mierda, también superada, como una carrera de obstáculos.... superándose asi misma, no rindíendose cobarde ante la muerte, por no saltar la primera valla...