6ª Sesión


16 ENERO 2008


Hoy hace exactamente una semana que acudí a mi primer control del año. Llegué unos minutos tarde debido a la nueva huelga de autobuses. Esperé unos instantes hasta que Pilar me hizo llamar. Entré en la sala y me senté. Le entregué mi registro alimentario tras las consabidas felicitaciones de año nuevo y analizamos las comidas. Bastante bien, un aprobado alto. Me adapté con facilidad a las comidas de navidad sin poner apenas pegas a los alimentos navideños, sin hacer excesivos abusos de dulces para calmar mi ansiedad ni diferenciar mi alimentación del resto.


Le comenté que había vomitado en dos ocasiones. Me preguntó si se debía a las comidas de navidad tales como Nochebuena o Fin de Año. No. “¿En qué circunstancias sucedieron?” La primera vez fue un día que discutí con mi tía. Me sentí mal. No supe encajar la discusión, no sabía cómo tomármelo, nunca había discutido con ella y me sentí tan mal que quise eliminar ese sentimiento de angustia en mi interior. Comí a escondidas y vomité la comida en el baño. La segunda ocasión fue al volver a casa después de las vacaciones. “Los cambios y las adaptaciones” añadió ella. “Sí”.


Me tomó la tensión. Volvió a bajarme de nuevo: 9/6. Me pesó: 47 kilos. “Has engordado un kilo.” Me dijo. Le dije que ahora me agobiaba más el peso. Que antes no me preocupaba tanto y no me importaba subir un par de kilos pero que ahora me preocupaba más y tenía miedo de engordar. Le dije que me había pesado antes de Navidad y estaba más delgada y que estos kilos no los llevaba muy bien, que me daba pánico engordar. Me preguntó si me pesaba a menudo. Le dije que lo hacía una vez por semana. Que había perdido la costumbre hacía algunos años, que dejé de hacerlo repentinamente y estuve 3 años sin subirme a una báscula pero que desde que llegué al hospital y empezaron a pesarme comencé a recuperar la costumbre y lo hacía una vez por semana. Me dijo que debía dejar de pesarme. Que no lo hiciera, que sólo serviría para obsesionarme más con el peso y que ya me pesarían ellos en el hospital, que no lo hiciese.


Sé que hice bien en decirlo pero una parte de mí se arrepintió de hacerlo. Necesito pesarme, lo necesito, no puedo imaginarme no pesándome. No puedo. Necesito saber que como y no engordo pero tampoco quiero ver que bajan los números de la báscula porque me da miedo aunque una parte de mí se sienta bien.


Asentí con la cabeza confirmando que dejaría de hacerlo aunque muy dentro de mí sabía que no sería así. ¿Qué daño puede hacerme pesarme una vez a la semana? Cuando empecé a pesarme tan solo lo hice para comprobar que todo iba bien, que seguía el tratamiento como me decían, que lo estaba haciendo bien, que no estaba adelgazando, era mi forma de medir mis resultados, no perdía peso pero tampoco engordaba, lo que me motivaba a seguir con los objetivos y las comidas.


Hoy volví a pesarme como cada miércoles. El pánico se apoderó de mí. 44,500. No lo entiendo. No puedo entenderlo. Estoy comiendo. Tal vez sean los exámenes, los nervios, pues nunca había estado tan nerviosa en un período de exámenes antes. Ayer tuve mi primer examen y estuve durante las 2 horas y 30 minutos que duró moviendo las piernas sin parar en mi silla. No entiendo cómo he podido bajar tanto de peso. No lo entiendo, estoy comiendo, lo estoy haciendo. No me salto ninguna comida, no he vuelto a vomitar, incluso he añadido pasas y nueces a mi dieta. No lo entiendo.


El miércoles que viene tengo el siguiente control de peso y me da pánico sólo de pensarlo. Me da miedo la sola idea de que me digan que tienen que ingresarme. ¿Cómo justificar una pérdida de peso de más de 2 kilos en una semana? No me lo explico.


Mis amigas me dicen que estoy mucho más delgada y lo más triste es que yo ni siquiera me veo así. Yo me veo igual. Algo delgada, tal vez, pero no excesivamente. Mi madre empieza a desconfiar de mí. Hace unos días me preguntó si no seguiría subiendo diariamente por las escaleras hasta el 8º piso en que vivimos como hacía antaño. Le dije que no, lo cual es totalmente cierto, pues ni siquiera me siento con fuerzas para ello actualmente, pero dudó si creerme realmente porque no se explicaba cómo podía estar tan delgada.


La sesión con el psicólogo la semana pasada fue bastante esclarecedora. Le comenté que mi abuela me había confesado haber sufrido problemas alimenticios en su juventud y que, aunque mi madre no lo había confesado abiertamente, estaba casi segura de que también ella había tenido algún escarceo con las dietas y las calorías en su juventud de mujer soltera e independiente. No es de extrañar si reparamos en las conductas y los comentarios de ambas hacia las comidas, hacia las mujeres, hacia el peso, las cantidades en el plato, las calorías, la cultura de la delgadez y el cuerpo… es obvio.


El psicólogo me preguntó qué me cambiaba saber eso. Mi respuesta fue rotunda. “Me justifica. Tal vez no sea una justificación a nivel psicológico o médico pero sí lo es a nivel personal.” Él aseguro que sí era una justificación a nivel psicológico. Me sirve como justificación. Con esto no quiero decir que me expíe de todas mis culpas, sino que no soy yo la única culpable. No quiero tampoco culpar a nadie porque no creo que se pueda culpar a nadie por hacer algo inintencionadamente, sólo necesitaba encontrar una justificación, un consuelo. Y lo he encontrado. Y me alivia.


Hablamos sobre el papel de mi madre, sobre la relación en casa con la comida y la dificultad para mejorar en un ambiente como ese. Hablamos sobre lo que significaba mi madre para mí, cómo la veía yo y en qué me gustaría parecerme a ella y en qué no. Intenté describirme un poco sin éxito. En este proceso he ido perdiéndome a mí misma. Ha llegado un momento en que ya no sé quién soy y mucho menos cómo soy. La anorexia se ha comido una parte de mí y a veces me hace confundirme entre mi yo real y mi yo enfermo. Puedo distinguir perfectamente un antes y un después en mi vida. Existe un punto de inflexión claramente marcado en mi vida por la enfermedad en el que puedo verme como dos personas completamente diferentes, sin nada que ver la una con la otra. Dos vidas diferentes y encajar ambas en una misma persona resulta complejo.


El psicólogo afirmó que esto suele suceder cuando existe una confusión entre el “yo ideal” y el “yo real” y es necesario trabajar en este campo para saber distinguir exactamente entre lo que quieres y quien eres.


Hablamos de nuevo sobre el centro de día. Le dije que a parte de las dificultades y las complicaciones para llegar hasta allí cada día, la realidad era que me daba miedo ingresar allí. Me daba miedo porque en casa mi madre era mucho más benévola conmigo y sabía que allí nadie lo sería. Hay muchos alimentos que no como aún. Me preguntó cuáles. Dulces, bollos, chocolate, helado, patatas fritas, salchichas, huevos fritos, aceite, mantequilla, natas, guisos, potajes, pan blanco, mayonesa y todo tipo de salsas, cordero… y muchos otros que me cuestan mucho, los fritos, la carne, sobre todo el cerdo, huevos… “Sí, claro, muchos de estos alimentos los ponemos aquí.” Dijo. Ya me lo imaginaba, por eso me da miedo ingresar en la unidad de día. No quiero ni imaginarme delante de uno de esos platos. Tal vez más adelante… pero necesito hacer algunos avances en casa, ir añadiendo poco a poco algunos alimentos.


No sé muy bien por qué pero le conté al psicólogo mi ritual del desayuno. 1 café con leche desnatada y una tostada de pan de molde integral sin mantequilla, ni aceite, ni mermelada, nada, cortada en 5 tiras. Siempre 5. Ni 4 ni 6. 5. No lo entendió bien y tuve que volver a explicárselo. Le dije que lo hacía todas las mañanas desde hacía muchos años y dijo que se tenía que acabar. Que se había convertido en una obsesión y que como toda obsesión no era buena. Sé que tendría que salir aluna vez pero es mi ritual de cada mañana. Mi tostada en 5 tiras y quieren quitármela…


De momento me han dado un tiempo. Le dije que ahora estoy de exámenes de modo que me han dado un respiro, me han dicho que me relaje, que procure ir a la biblioteca para no estar en casa y tener la comida cerca y no pensar en ella para calmar mi ansiedad, y me va muy bien por cierto!!, y que más adelante trabajaremos en estas cosas.


Los exámenes terminan el 6 de febrero así que no me veréis mucho por aquí de momento. El 23 tengo el nuevo control de peso y sesión con el psicólogo. Gracias por vuestro apoyo. Ánimo a todos.


ANA


9 comentarios:

Elizabeth_princess dijo...

Creo que puedo entender como te sientes, y parece que la ayuda te esta sirviendo, ahora no sabes como te envidio, tal vez tu diras que no es nada bonito lo que te pasa, pero creeme que para mi lo es, ya que detesto cada vez que me dicen señora cuando apenas tengo 23 años, y es que paresco señora, una señora ballena, pero tienes que echarle ganas para recuperrte, no pienses en tu peso, es mas, te propongo algo, haz una alcancia, ca vez que pienses en eso, o que te quieras pesar, añade una moneda a la alcancia, eres muy linda, ojala que sigas mejorando poco a poco y no te estreses, porque eso tmb puede hacer que pierdas peso, mucho animo, tranuqilidad

Mary López Gabaldón dijo...

hola ana se perfectamente esa sensacion de estar perdida, de no poder encontar nada ent u interior por el que luchar.
hay que ser fuertes y tirar hacia delante como podamos.
se que esto es dificil tenemos que luchar por encontar una balanza totalmente equilibrada tanto de mente como del cuerpo.
dos mundo distintos unidos por un hilo tan pequelo que sin darnos cuenta puede quebrar y caernos.
hay una familia que lucha unos amigos que comprenden una mente libre y atrpada por una perfecion que temina matando.
una perfecion que jamas estaremos comformes un a vez pasada una obsesion.
te animo a que sigas luchando y por fin tu encuentres un camino grande equilibrado.

[] aLmA [] dijo...

Ana,creo que eres fuerte, lo veo en tus palabras en tu haztos y como una gran persona me dijo: "no tires la toalla por un mal dia! ". Van a existir dias completos de luz y todo te parecera facil y boniito, pero tambien existiran dias grises en los que decidiras escoger el camino mas facil, el de apartar nuestra pesadilla, la comida. Pero, poco a poco, hay que aprender a ignorar esos dias tristes y dar mas importancia a los pequeños regalos: las sonrisas de la gente que quieres, el calor de sus abrazos . . .
Eres inteligente, se ve perfectamente en tu hora de pensar y expresar por escrito lo que piensas!!! Verte es un apoyo más para que aquellas personas que hemos caido en esta mierda podamos ver que la gente sale cuando lucha,como tú,como tú saldras campeona!! Sigue luchando y intenta exquivar los malos pensamientos, son ellos los que hacen que el muro de nuestra fuerza decaiga!
Vales mucho0, lo se por el valor al escribirlo todo, por tu fuerza de presentarte al mediico, cosa que muchas, como yo, aun no aceptamos!

animos! gracias!! besotes!

si quieres y tienes messenger agregame, porque poder dar apoyo y ayuda a alguien, como tu te sientes cuando lees tus comentarios, es o debe ser precioso. siemprevero1@msn.com

Ciao guapa!

Plink dijo...

Hola linda, que bueno que estes poniendo de tu parte, ese miedo a bajar de peso y a no seguir engordando lo entiendo, es solo mantenerce en ese peso que tanto te gusta.
y eso de que a pesar de que comes no engordas y adelgazas, lo entiendo, ya lo he escuchado antes.
Fuerza y buenos animos.
que bueno ue postees!.
Besos a la distancia!.

Anónimo dijo...

bueno hola soy de peru quiza entiendo algo en parte de lo que t sucede io por mi lado vivia asi como tu algo mortificada o desesperada no se como decirtelo pero io por mi lado me sentia desesperada o tan solo odiaba mirarme al espejo y verme quiza el mentia pero io me veia rara, diferente, no me veia bien, todo me parecia que me quedaba mal me sentia sola y no se quiza hasta ahora me persigue esa sensacion de querer estar mas delgada lo que si no vomito quiza lo hice en algunas ocasiones pero trato de no hacerlo se que no podria me mata el miedo de saber que puedo entrar a ese hoyo y no poder salir de querer bajar de peso y no poder subir me aterra no lo se quiza solo sigo mi ritmo de comer muchas ensaldas y eso y claro mi rutina de siempre de no comer en las ncohes bueno ahora es mi hora de almuerzo ahora comere atun es rico no me s dificil pero igual me queda el resentimiento de comer
suerte

Anónimo dijo...

hola mi linda,...
q bueno volver a ver una entrada en tu blog...

me gusta siempre q te leo..y bueno si tuviste esa caida en las fiestas pero bueno fuiste sincera y le comentaste a tu psicologa..asi q es iportante...

no t preocupes si bajas lo importante es q tu sabes q tas comiendo y eso es LO IMPORTANTE...estas bien nena...come y cuidate sigue con esa alimentacion saludable y bueno la verdad es q esas cosas q no comes es dificil despues q tu ya tas con ese habito..y es q yo no aguanto ver huevos, papas fritas..ni nada de grasa frente a mi..lo importante es q mi madre me tiene paciencia y es poco a poco..y sino t gusta el dulce no debes comerlo igual siempre esta la fruta q t aporta mejores vitaminas etc q lo dulce...

vas bien y animo...espero q estos dias mantengas ese optimismo..

y exitos el los examenes...si eso es mucho estress..jeje a mi no me gusta estudiar pero bueno ya termine la carrera asi q ahora a disfrutar..jeje

chaooo feliz fin de semana

ANNE dijo...

te deseo lo mejor con esos examenes, ya veras como todo ira bien y entre mas avances en tu camino los obtaculos algunas veces pareceran insuperables pero los lograras pasar porque la valentia siempre tiene recompensa
te quiere
anne

Anónimo dijo...

Escribes maravillosamente bien.
Me pasé una hora leyendo tu blog.
Es raro en mí.
Un abrazo.
Que todo mejore:)

Anónimo dijo...

Hola Ana!

Bueno como estoy de regreso despues de algunos dias, pasaba a desearte que tengas una excelente semana!

Besotes!

Cuidate mucho!