25 OCTUBRE 2007
Para empezar, creo que te equivocas conmigo. En primer lugar, el que te de haya decepcionado no es que me no preocupe o no me importe pero le doy la importancia que se merece porque no hago esto por los demás sino por mí misma y no tengo que contentar a nadie más que a mí. Si de verdad crees que te he decepcionado es que tal vez esperabas demasiado de mí o tenías demasiadas expectativas puestas en mí.
Como ya le decía a mi chico ayer, me preocupa que la gente de mi alrededor quiera ver cambios repentinos, instantáneos, de la noche a la mañana. Pero eso no es posible. Sencillamente no funciona así. Si fuera tan fácil, la anorexia no sería una enfermedad tan difícil de superar. Cuando decidí que quería recuperarme, decidí que no quería morir, que no quería seguir este camino, que no quería sufrir más, que quería ser feliz. Pero querer recuperarse, asumir que estás enferma, aceptarlo, reconocerlo, con todas las consecuencias que ello implica, no significa aceptar de un día para otro que quieres comer, no significa que vas a dejar de sentir todos esos sentimientos en tu interior. Ojalá fuera tan fácil. Ojalá pudiese elegir cambiar lo que siento o cómo me siento cuando como o cuando no lo hago, pero desgraciadamente no puedo hacerlo. No sé hacerlo. Por eso he decidido que quiero recuperarme, para cambiar eso.
Que no coma y me sienta bien no quiere decir que no quiera recuperarme. Pero que sea consciente de que no debería ser así quiere decir que quiero intentarlo.
No creo que puedas opinar si tan sólo has leído el primer párrafo de mi escrito y si así es, lo siento. Si de verdad crees que tan solo me importo yo y solo yo entonces es evidente que no me conoces porque estoy haciendo un gran esfuerzo, y no sabes cuánto, para salir de esto. Y aunque lo haga principalmente por mí misma , no lo hago únicamente por mí. Porque hay mucha gente que me importa.
Creo que he dejado bien claro en diversas ocasiones que no pretendía ayudar a nadie con este blog, si bien, con el tiempo, muchas de vosotras, que me habéis leído y apoyado, que me habéis entendido y comprendido, que os habéis sentido identificadas conmigo, habéis visto en mí un ejemplo a seguir de fuerza y coraje, de lucha y esperanza. El hecho de poder ayudar, simplemente con el ejemplo, a muchas de las chicas que padecen lo mismo que yo, que sienten, que sufren, que callan, que mienten… el hecho de poder ayudarlas simplemente con lo que escribo, con mi historia, me hace querer continuar cada día. Sin embargo, ya he dicho varias veces que no es fácil. Que lo estoy intentado pero que es difícil. Que yo me caiga o retroceda, que me estanque o tenga miedo a avanzar no significa que no quiera seguir porque estoy convencida de ello y me siento orgullosa.
Me entristece que creas que no son más que “patochadas”, eso me hace entrever que no comprendes la dificultad que implica salir de esto. Querer ser feliz no implica repentinamente sentirte bien cuando comes, si así fuera no sería tan difícil. Cuando decidí que quería recuperarme, confirmé que quería ser feliz, que quería intentarlo, pero no acepté que quisiese comer. Hay muchas otras cosas en las que debo trabajar antes si quiero poder volver a comer sin sentir todos esos sentimientos que, según tú, no son más que una historia. “Otra historia para enganchar a más gente”. Siento que creas eso. Pero si de verdad crees que no te beneficio en absoluto, tal vez, no deberías leerme. Eso es decisión tuya. Este no es lugar de apoyo ni de recuperación. Es un diario personal de una chica que quiere recuperarse de una anorexia. Un diario personal y como su nombre indica, un diario en el que escribo lo que realmente siento o cómo me siento, para bien o mal, eso es lo que lo hace diferente. No escribo lo que la gente quiere oír o leer. Escribo lo que de verdad siento o cómo me siento. Escribo la realidad de mi vida, con sus más y sus menos. Con sus avances y retrocesos. Con sus recaídas y sus progresos.
Ojalá todo fuese tan fácil. Decides que quieres recuperarte, comes y eres feliz. Ojalá fuese así de fácil. Pero tú, al igual que yo, sabes que no lo es. Y yo lo estoy intentando. Que lo intente no quiere decir que vaya a dejar de sentir todas esas cosas que llevo sintiendo en mi interior todos estos años de repente, es un proceso lento en el que he de aprender a ir eliminándolas, una a una, poco a poco.
También a mí me decepciono cuando no como, cuando me siento bien por no haber comido. Pero aunque aún no sea capaz de comer a diario, he dado el paso de sincerarme. De reconocer que no he comido, de reconocer que me siento bien por no haber comido y, sobre todo, de ser consciente, de que no debería ser así. Hace años habría puesto la mano en el fuego por defender que era así como tenía que ser. Ahora sé que estaba equivocada pero reconocer que estás equivocado no quiere decir que sea fácil rectificar.
Yo lo estoy intentando. Y también me decepciono muchas veces. Pero me decepciono sobre todo cuando las personas que me rodean ponen las expectativas demasiado altas en mi recuperación Cuando las personas que me rodean creen que aceptar que quieres recuperarte significa aceptar repentinamente que quieres comer. Cuando las personas que me rodean se desesperan cuando no me acabo el plato. Cuando las personas que me rodean esperan que todo suceda demasiado rápido, de la noche a la mañana, de un día para otro sin apenas haberme dado tiempo para comenzar mi recuperación.
Es un proceso lento. Y las expectativas deben ser acordes. Yo me siento orgullosa del paso que he dado. Sé que no ha hecho más que empezar. Y sé que viene lo más difícil. Sé que será duro, que habrá días que no comeré y días en que sí que lo haré. Sé que será muy lento y muy difícil pero quiero intentarlo, estoy convencida de ello. Siento haberte decepcionado, tal vez pusiste las expectativas demasiado altas, tal vez, ni siquiera me diste una oportunidad. Tú más que nadie deberías saber que no es tan fácil.
A todos los que seguís creyendo en mí y en que voy por el camino correcto, a pesar de los retrocesos, daros las gracias por vuestro apoyo.
Estuve en la 1ª sesión con el psiquiatra de turno, al que conté mi historia por enésima vez. Sigo con los antidepresivos, me quitaron los ansiolíticos y me añadieron unos antiepilépticos. Me han pedido un electrocardiograma y me han dado cita para el endocrino. Tengo que volver la semana que viene a hacer un control de peso y de dieta. Estoy en el camino…
ANA